EL
TESORO
Esta es la carta que escribió
un padre a su hijo por sus dieciocho años. Nunca se la dio personalmente, la
escribió poco antes del desembarco en Normandía cuando su hijo tenía apenas dos
años. Fue su última carta.
Mi pequeño Tommy:
Muy seguramente mamá ya te dejó de llamar así hace años. Para mí sigues
siendo mi pequeño. Tengo tu foto mientras escribo, ¡te pareces tanto a tu
madre! Creo que esta será mi última carta. He pedido a tu madre que te la
entregue, si yo no puedo, el día que te vuelvas un hombre. Mañana llegaremos a
Francia, espero que la guerra llegue a su fin. Aunque no sé si veré ese día, prometo
cuidarte siempre donde quiera que esté. Y perdón por no haber estado contigo
siendo un verdadero Padre. Como ya sabrás, estos fueron años muy duros, de gran
pobreza. Sin embargo te quería dejar algo valioso en tu cumpleaños, ahora que
eres un adulto; algo que te quede para toda la vida. Quería compartir contigo
una pequeña fortuna que la fui adquiriendo en la vida, espero que no la pierdas
ni te toque a ti irla haciendo de nuevo.
Poco antes de que empiece la guerra, conocí a tu madre. Ella venía de una familia
pudiente, yo la miraba para arriba. Su padre se opuso a nuestro amor por
considerar que ella se estaba rebajando al estar conmigo. Él quería que se
casara con algún joven acaudalado de aquellos tantos que había en los
alrededores. Tu madre me confesó años después por qué me había preferido a mí
antes que a ellos. Los conocía bastante bien, eran personas que habían tenido todo
en su vida. Llegué a conocer a uno de sus novios anteriores, se llamaba Mark.
Tu madre lo quería, y él también era bueno… Pero pensó que el actuar no tenía
consecuencias. Engañó a tu madre y, como tenía plata, pensó que siempre podía
tener todo lo que quería. Perdió a su amor y empezó a buscar otras cosas que lo
compensaran, para llenar el vacío. Se convirtió en alcohólico, mujeriego. Trataba
con desprecio a los demás, había perdido su voluntad y cedía ante cualquier
capricho. Él creía que era libre, pero no era más que un esclavo de sus propios
impulsos. Se separaba cada vez más de los demás, buscándose a sí mismo y eso lo
aisló. Estoy muy seguro que, como cualquier hombre, necesitaba intimidad,
afecto, felicidad, amor… Y Tommy ¡la libertad es para eso! Para buscarlos y encontrarlos. Pero una
“libertad” que solo actúa pensando en sí misma, va a terminar viendo a los
demás como estorbos, ya que la libertad de uno termina donde comienza la de los
demás. Por no pensar en los demás quedas solo. Cuando solamente buscas cómo
hacer respetar abusivamente tus derechos, te ahogas más rápido en ti mismo, te
vuelves esclavo de tu propio ego y soberbia. Es lo opuesto al Amor, darte al
otro con tu propia libertad. Es en ese desprendimiento, cuando ya no tienes
nada que perder y tu bien es solo el bien de los demás, cuando eres feliz ¡Qué
bien lo entiendo yo, que solo vivo y pienso por ustedes dos! Tu madre y tú son
el motor de mi vida, lo que me impulsa a luchar más. Sus alegrías son las mías y
si ustedes son felices yo lo soy.
Como la vida siempre te lleva las
cuentas, ocurrió que empezó la guerra. En tiempo de guerra todos pierden de una
u otra manera y caen en algún tipo de pobreza. Mark se enroló en el ejercito,
pensando que allí podría encontrar la aceptación que buscaba, quería ser
grande. Lastimosamente como hace tiempo perdió su autodominio, la vida le pasó
factura. En el ejercito, como en la vida, se necesita disciplina, obediencia a
los superiores, lucha. Murió solo, en una trinchera. Intentó huir al ejército enemigo,
al verse rodeado por ellos, y una bala le atravesó la cabeza. Sus compañeros de
batallón contaron la historia, a mí me
tocó enterrar su cuerpo. Su tumba fue un par de piedras y una cruz hecha de
troncos amarrados.
Sabes Tommy, la guerra te enseña muchas cosas. Muchos pierden su fe,
pierden el sentido de la vida y otros, en cambio, lo encuentran. Depende de que
tanto estés dispuesto a mirar y aprender de las clases de la vida, aunque a
veces sean duras. Es mejor aprenderla sin tener que vivirla. En una guerra,
como la vida, el margen de equivocarte es muy pequeño. Llegas un segundo antes
o un segundo después, un paso adelantado o un paso tarde y una bala te puede
estar atravesando. Muchas veces los centímetros que te salvan son los que están
a tu alrededor, en cada minuto, en cada segundo, en cada cosa que debes hacer y
la haces, en cada vez que haces lo que debes y estas en lo que haces. Puedes
estar horas luchando, cansado, adolorido. Pero Mark me hizo entender que al fin
y al cabo el dolor es temporal, puede durar horas, días, incluso hay dolores
que duran años. Pero eventualmente el dolor desaparecerá y algo distinto
ocupará su lugar. Sin embargo para quien se rinde, el dolor dura para siempre y
eso se lo lleva hasta la tumba.
Sabes Tommy, tu abuelo era boxeador. Él decía que no hay mejor contrincante
que la vida. Ella es la que suele dar los golpes más duros y te dejará ahí, si
tú no haces nada. Pero que no se trata de que tan duro puedas golpear sino de
cuanto tú puedes aguantar y seguir adelante. Solo así puedes entender por qué
tantas personas han dado la vida buscando la libertad, por qué lo han
sacrificado todo por conseguirla. Y es que la verdadera libertad no es esa que
escogió Mark, que le llevó a quedarse solo con una tumba sin nombre, la
verdadera libertad es la que te autodetermina, la que te permite luchar y
avanzar, aunque la lucha sea contra uno mismo. Solo por esa libertad, esa que
te permite ser mejor persona, entiendes que vale la pena dar la vida. La
libertad te tiene que llevar al bien, sino fuera así no valdría la pena. Todos
tenemos esa capacidad de escogerla y usarla para el bien. Todos tenemos sueños
que alcanzar y esa libertad con la cual alcanzarlos, es normal eso en el
hombre, es natural. Entonces usar mal la libertad es irse contra nuestra propia
naturaleza, contra nuestra propia capacidad de cumplir tantas metas nobles y
buenas. Es por eso que se dice que cuando usas mal tu libertad involucionas.
Tommy, tus sueños tienes que protegerlos, y usar esa libertad para alcanzarlos,
muchas veces las personas que han perdido su libertad, como Mark, las que se
volvieron esclavos de su ego y no se pueden valer por ellas mismas, querrán que
tú tampoco cumplas tus sueños. Qué grande es, Tommy, cuando descubres que dentro
de la naturaleza humana está esa capacidad que te lleva al bien, que estas
diseñado para llegar al bien y para ser feliz. Qué grande es, Tommy, que la
libertad y el bien sean inseparables, y descubrir que por tu propia naturaleza,
puedes ser un ser al que estabas llamado a ser.
En Grecia me impresionó ver cuántos filósofos y con doctrinas tan
distintas, pretendían haber hallado la Verdad, pero al fin y al cabo la
buscaban. Ese “adaequatio intellectus cum res” querían hallarlo, pues Verdad no
es más que conocer la realidad como de hecho es. Así hayan dicho que todo era
relativo, se contradecían formulando “esa verdad”. Cuando pasé por Roma, vi
escrito: Veritas Liberabit Vos, La Verdad os hará libres. ¡Qué claro es ahora! Tommy:
La Verdad es el Bien, La libertad es para llegar al Bien y el Bien es el que
libera. Porque cuando no eres esclavo de tu yo, eres libre, eres feliz, estás
en el Bien. El hombre entonces está hecho para el Bien y esa es la Verdad, la
Realidad.
Entonces Tommy, aquí está mi tesoro: ¡Se libre y serás feliz!
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