¿Por qué?

Después de leer las memorias de Alejandro Llano, un filósofo español, en su libro "Olor A Yerba Seca", redescubrí mis propias memorias, y de alguna manera también desperté de un profundo sueño en el que me había sumido y creo que todos tenemos a veces que volver a "despertar".

Y al oler nuestras propias yerbas secas, recordaremos quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos...

martes, 31 de mayo de 2016

El Payaso y el divorcio

Descartes decía que los libros son faros erigidos en el mar del tiempo y que la lectura es una conversación con los hombres más ilustres de los siglos pasados. Yo añadiría que, además de los libros, la sabiduría de los siglos pasados se encuentra oculta en las famosas “frases populares”. Cuán sorprendente es descubrir los tesoros escondidos, con enseñanzas tan magistrales, en estos dichos o refranes. Cuántas lecciones de prudencia se encierran, por ejemplo, en la frase el hombre es esclavo de lo que dice y amo de lo que calla. Cuántos problemas nos ahorraríamos si prestásemos más atención a los consejos de los abuelos.
La falta de atención a los consejos de los mayores, al igual que muchas otras cosas de la vida, me recuerda sobre la historia del payaso de Kierkegaard. En él se cuenta que en Dinamarca un circo fue presa de las llamas. Entonces, el director del circo mandó a un payaso, que ya estaba listo para actuar, a la aldea vecina para pedir auxilio, ya que había peligro de que las llamas llegasen hasta la aldea, arrasando a su paso los campos secos y toda la cosecha.
El payaso corrió a la aldea y pidió a los vecinos que fueran lo más rápido posible hacia el circo que se estaba quemando para ayudar a apagar el fuego. Pero los vecinos creyeron que se trataba de un magnífico truco para que asistiesen los más posibles a la función; aplaudían y hasta lloraban de risa. Pero al payaso le daban más ganas de llorar que de reír; en vano trató de persuadirlos y de explicarles que no se trataba de un truco ni de una broma, que la cosa iba muy en serio y que el circo se estaba quemando de verdad. Cuanto más suplicaba, más se reía la gente, pues los aldeanos creían que estaba haciendo su papel de maravilla, hasta que por fin las llamas llegaron a la aldea. Y claro, la ayuda llegó demasiado tarde y tanto el circo como la aldea fueron pasto de las llamas.
Los grandes pensadores, filósofos y genios de la historia se han caracterizado por mostrarse siempre actuales, con postulados perennes, duraderos. Un denominador común entre ellos, es que tanto sus investigaciones, como sus planteamientos y tesis se han basado en la observación de la naturaleza, en una realidad objetiva. Sus propuestas no fueron fruto de un arrebato suelto de inspiración, del sueño de una noche de Verano, sino de un estudio ponderado y serio sobre causas y consecuencias. El genio jurídico de Juan Larrea Holguín no fue una excepción. No en vano, se ha merecido el título del uno de los escritores más prolíficos del Ecuador. Su pluma tocó diversos temas relacionados con las humanidades. En derecho alcanza las 200 obras publicadas y en los demás temas sólo tiene 100 libros. Ha sido el único jurista ecuatoriano que terminó de comentar el Código Civil de Don Andrés Bello, vigente en el país. Sin lugar a dudas Juan Larrea supo aprovechar el tiempo, pero sobretodo aprovechar el tiempo en lo que vale la pena. Por esa razón, una de sus preocupaciones más grandes -que se refleja en la cantidad de páginas invertidas- fue el matrimonio y la familia.
Juan Larrea en su libro "Derecho Matrimonial", que bordea las mil páginas, profetizo en 1985 el desenlace que tendrían la familia y el matrimonio si se continuaba legislando de acuerdo a corrientes pseudocientíficas y modernistas. Sobre el avance del divorcio comentaba:
Se sustituye la institución natural y divina por una arbitraria convención de hombres; se cambian los sólidos cimientos por bases de arena -¿Nos podremos quejar después de la ruina y destrucción de la sociedad?- (...) Es preciso, por tanto, si se quiere reformar las costumbres, robustecer la familia, evitar el avance de la criminalidad y la disminución de la natalidad, restaurar el matrimonio a su original dignidad y nobleza[1]
 ¿Qué tan certera fue la profecía de Juan Larrea? ¿Cuál es la realidad actual del Ecuador? Las estadísticas oficiales nos lo dicen. En 1985 la tasa de natalidad se encontraba en 32,42‰  y el índice de fecundidad en 4,21. Para el 2014 la tasa descendió a 20,78‰ y el índice de fecundidad a 2,54[2]; es decir a la mitad. En 1997, el número de divorcios llegaba a los 8.557. Para el año 2014, la cifra de divorcios ascendió a 24.771. Es decir, se triplicó. Hace 10 años el número de matrimonios en el Ecuador llegaba a los 74.036. En el año 2015 los matrimonios descendieron a los 60.636, mientras que los divorcios en ese mismo año llegaron a 25.692. Es decir, casi a la mitad. Esto quiere decir que prácticamente de 2 matrimonios, 1 termina en divorcio. O dicho de otro modo, cada vez que alguien se casa tiene el 50% de probabilidades que su matrimonio termine en divorcio.  
Siempre he creído que el principal problema de Ecuador, no es la economía sino la educación. De qué sirve que una persona genere grandes ingresos si luego no es capaz de invertirlo correctamente. Muchas veces esta crítica se la ha arremetido contra nuestros futbolistas, que una vez terminada su carrera exitosa, habían despilfarrado la plata y se encontraban de nuevo en la pobreza. Es necesario retornar la mirada a la institución que más frágilmente se encuentra hoy en día: la familia. Cómo podemos esperar tener un futuro prometedor, si tenemos niños criados en crisis familiares, problemas psicológicos, depresivos, familias que se destruyen y se pelean por riquezas en juicios de divorcios…  La familia es el núcleo de la sociedad y si es que retornásemos a los consejos de los grandes pensadores no sólo la familia se recuperaría sino que todos los ámbitos en donde la familia opera se verían mejorados: ámbito laboral, social, económico, político… Dicho más sencillamente: salvar a la familia es salvar el destino de la humanidad.    





[1] Cfr. JLH, Derecho Matrimonial
[2] http://www.datosmacro.com/demografia/natalidad/ecuador