Un filósofo famoso dijo una vez: "Genus humanum arte et ratione
vivit". Pero, qué sucedería si es que un generación de hombres carece de
su propia arte. Creo que la mayor expresión de identidad que existe es la propia
cultura. No se puede tener una cultura sin historia. Por eso todos los pueblos
con un gran desarrollo histórico, tienen una cultura asombrosa y hasta
milenaria. China, Japón, Grecia, Alemania... son países en los que, la
historia, se ha encargado de moldear a las personas. Y ¿cómo ha sido el
moldeamiento histórica? Guerras, traiciones, venganzas, resurrecciones; junto
con, fe, esperanza y espíritu de lucha.
Ya Juan Pablo II lo dijo muy bien en su discurso a la Unesco, ¿quieren ver al
hombre? ¡Ecce Homo! ¿Quieren ver al hombre? Ved pues aquí al hombre, coronado
de espinas, cubierto por un manto púrpura y con un cetro de caña en su mano,
cual rey, y ved su carne escarnecida y azotada. ¿Quieren ver al hombre? ...¡Ved
aquí al hombre! Ved a una Europa tan destruida por guerra y por violencia. Ved
la Historia, ved a esta humanidad tan azotada y escarnecida por las discordias
y violencias. Ved a la humanidad coronada por su soberanía, y con las espinas
de sus vicios. Ved a la humanidad con su cetro de poder, para imperar y
gobernar sobre los demás hombres. Ved la fuerza de este cetro regir en el Holocausto.
Pero el hombre no está solo.
Gabriel Marcel lo dijo una vez "Amar a alguien es decirle: tú no
morirás". Esta Europa tan flagelada, tan demacrada y destruida no ha
muerto. El hombre ha resucitado por el Amor que lo mueve. Ya lo dijo Alessandro
D'Avenia: "El amor no existe para hacernos felices, sino para demostrar
cuán grande es nuestra capacidad de soportar el dolor". Europa ha podido
resucitar y levantarse, porque primero ha caído. No obstante, ¿qué sucede con
América? ¿Por qué caemos tan constantemente? ¿Por qué estamos aprendiendo
recién a levantarnos? Hace apenas unos 200 años que somos
"independientes", y 500 desde que fuimos "descubiertos"?
Pero qué son, apenas, dos o cinco siglos en diez mil años de historia de la
humanidad. Sin embargo, se puede -y se debe- aprender de los errores de la
humanidad. La Primera y Segunda Guerra Mundial, fue mayoritariamente europea.
¿Acaso debemos nosotros caer también en una guerra panamericana, para descubrir
lo nefasto de la guerra: que todos siempre pierden? O debemos nosotros tener
que re-descubrir la rueda, para poder avanzar aprendiendo de nuestros errores.
Es verdad que se deben aprender de los errores, ¡pero no de los mismos! Seguro
que Edison estaba feliz de haber descubierto novecientas noventa y nueve
maneras de no construir una bombilla, pues en el fondo fueron novecientos
noventa y nueve pasos para hacer la bombilla. Pero se revolcaría en su tumba,
si es que cada hombre tuviera que cometer esos -ahí sí- novecientos noventa y
nueve errores para descubrir su propia bombilla.
No creo que América tenga
mil quinientos años de retraso, porque la cultura no sólo se crea sino que se
aprende. Cada persona, cada americano -y no hablo del erróneo gentilicio de
americano para los estadounidenses, sino los verdaderos americanos, todos los
que vivimos y amamos América- puede
aunar esa cultura hasta hacerla propia. Entonces, ¿Por qué todavía no
aprendemos de los errores de los Europeos? Por la educación. El triste problema,
es que no nos han querido educar, sino controlar, incluso nuestros propios
gobiernos. Y a veces somos lo suficientemente ignorantes o cómodos, cómo para no protestar. Ya lo dijo Arturo
Pérez-Reverte: "Lo que hay que hacer es educar a los jóvenes, no para ese
mundo nuevo y maravilloso que nunca va a existir y que cuando se enfrenten a él
se les caiga todo el castillo de naipes, sino para decirles que siempre hay un
iceberg delante del Titanic, que siempre hay un tsunami en la playa
paradisíaca." Sólo cuando seamos educados, y recuperemos ese espíritu
pueril de filósofos -acaso hay mejor filósofo que un niño, indagando el porqué
de las cosas- solo cuando volvamos a renacer de lo alto, buscando la verdad y
el amor, entonces seremos amados y no moriremos. Nuestra cultura se aunará a la
de la humanidad, y tras los latigazos y escarnios podrá escucharse una voz con
ecos de eternidad: ¡Ecce Homo! Ved aquí a los hombres, libres de sus ataduras y
resucitados. Pues todos estaremos en comunión de culturas, en una multicultura,
la cultura de la humanidad en donde América, África, Asia, Europa y Oceanía
sean aunados, fraternos, solidarios y educados. Una misma cultura para toda la
humanidad, pues como dijo Gombrich: "...al final, todos hemos sido
humanos".