¿Por qué?

Después de leer las memorias de Alejandro Llano, un filósofo español, en su libro "Olor A Yerba Seca", redescubrí mis propias memorias, y de alguna manera también desperté de un profundo sueño en el que me había sumido y creo que todos tenemos a veces que volver a "despertar".

Y al oler nuestras propias yerbas secas, recordaremos quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos...

miércoles, 1 de julio de 2015

¿Por qué todavía no aprendemos de los errores de los europeos?

Un filósofo famoso dijo una vez: "Genus humanum arte et ratione vivit". Pero, qué sucedería si es que un generación de hombres carece de su propia arte. Creo que la mayor expresión de identidad que existe es la propia cultura. No se puede tener una cultura sin historia. Por eso todos los pueblos con un gran desarrollo histórico, tienen una cultura asombrosa y hasta milenaria. China, Japón, Grecia, Alemania... son países en los que, la historia, se ha encargado de moldear a las personas. Y ¿cómo ha sido el moldeamiento histórica? Guerras, traiciones, venganzas, resurrecciones; junto con,  fe, esperanza y espíritu de lucha. Ya Juan Pablo II lo dijo muy bien en su discurso a la Unesco, ¿quieren ver al hombre? ¡Ecce Homo! ¿Quieren ver al hombre? Ved pues aquí al hombre, coronado de espinas, cubierto por un manto púrpura y con un cetro de caña en su mano, cual rey, y ved su carne escarnecida y azotada. ¿Quieren ver al hombre? ...¡Ved aquí al hombre! Ved a una Europa tan destruida por guerra y por violencia. Ved la Historia, ved a esta humanidad tan azotada y escarnecida por las discordias y violencias. Ved a la humanidad coronada por su soberanía, y con las espinas de sus vicios. Ved a la humanidad con su cetro de poder, para imperar y gobernar sobre los demás hombres. Ved la fuerza de este cetro regir  en el Holocausto.
      Pero el hombre no está solo. Gabriel Marcel lo dijo una vez "Amar a alguien es decirle: tú no morirás". Esta Europa tan flagelada, tan demacrada y destruida no ha muerto. El hombre ha resucitado por el Amor que lo mueve. Ya lo dijo Alessandro D'Avenia: "El amor no existe para hacernos felices, sino para demostrar cuán grande es nuestra capacidad de soportar el dolor". Europa ha podido resucitar y levantarse, porque primero ha caído. No obstante, ¿qué sucede con América? ¿Por qué caemos tan constantemente? ¿Por qué estamos aprendiendo recién a levantarnos? Hace apenas unos 200 años que somos "independientes", y 500 desde que fuimos "descubiertos"? Pero qué son, apenas, dos o cinco siglos en diez mil años de historia de la humanidad. Sin embargo, se puede -y se debe- aprender de los errores de la humanidad. La Primera y Segunda Guerra Mundial, fue mayoritariamente europea. ¿Acaso debemos nosotros caer también en una guerra panamericana, para descubrir lo nefasto de la guerra: que todos siempre pierden? O debemos nosotros tener que re-descubrir la rueda, para poder avanzar aprendiendo de nuestros errores. Es verdad que se deben aprender de los errores, ¡pero no de los mismos! Seguro que Edison estaba feliz de haber descubierto novecientas noventa y nueve maneras de no construir una bombilla, pues en el fondo fueron novecientos noventa y nueve pasos para hacer la bombilla. Pero se revolcaría en su tumba, si es que cada hombre tuviera que cometer esos -ahí sí- novecientos noventa y nueve errores para descubrir su propia bombilla.
      No creo que América tenga mil quinientos años de retraso, porque la cultura no sólo se crea sino que se aprende. Cada persona, cada americano -y no hablo del erróneo gentilicio de americano para los estadounidenses, sino los verdaderos americanos, todos los que vivimos y amamos América-  puede aunar esa cultura hasta hacerla propia. Entonces, ¿Por qué todavía no aprendemos de los errores de los Europeos? Por la educación. El triste problema, es que no nos han querido educar, sino controlar, incluso nuestros propios gobiernos. Y a veces somos lo suficientemente ignorantes o cómodos,  cómo para no protestar. Ya lo dijo Arturo Pérez-Reverte: "Lo que hay que hacer es educar a los jóvenes, no para ese mundo nuevo y maravilloso que nunca va a existir y que cuando se enfrenten a él se les caiga todo el castillo de naipes, sino para decirles que siempre hay un iceberg delante del Titanic, que siempre hay un tsunami en la playa paradisíaca." Sólo cuando seamos educados, y recuperemos ese espíritu pueril de filósofos -acaso hay mejor filósofo que un niño, indagando el porqué de las cosas- solo cuando volvamos a renacer de lo alto, buscando la verdad y el amor, entonces seremos amados y no moriremos. Nuestra cultura se aunará a la de la humanidad, y tras los latigazos y escarnios podrá escucharse una voz con ecos de eternidad: ¡Ecce Homo! Ved aquí a los hombres, libres de sus ataduras y resucitados. Pues todos estaremos en comunión de culturas, en una multicultura, la cultura de la humanidad en donde América, África, Asia, Europa y Oceanía sean aunados, fraternos, solidarios y educados. Una misma cultura para toda la humanidad, pues como dijo Gombrich: "...al final, todos hemos sido humanos".